sábado, 7 de abril de 2012
Madrina
No importa la distancia si los recuerdos permanecen siempre ahí. Tampoco importa nuestro parentesco si el cariño que nos tenemos abarca desde el principio de mis días. No me hace falta verte los 365 días del año ni hablar contigo 24 horas al día para saber que estás ahí, porque sabes que siempre vas a seguir siendo parte de nuestra familia, eso por supuesto y me siento muy orgullosa, que me quieras como si de verdad fuese un miembro más de tu familia es lo que hace que, cada vez que lo piense, me ponga a llorar.
Como tú me dijiste, mientras haya salud, no nos faltaremos nunca la una a la otra.
Muchas gracias por seguir conmigo.
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