Suspira y se queda mirándome. Me lleva hacia su lado y me besa.
Es curioso que sea él el que no quiera parar. Me sigue besando y ya han pasado 2 minutos.
Y sigue, y sigue... Se arrima más (si es que es posible) a mí. Rodea con su brazo mi costado y hombro. Y así llevamos ya 6 minutos.
Ahora su lengua sale de mi boca para juguetear con mi labios, haciendo círculos. Me vuelve loca...
(P.D: No hay cosa que me guste más para hacerme sonreír que estar escribiendo esto y que me llegue un mensaje suyo... No, no la hay)
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