Pensemos qué fue lo que quisimos ambos: Acordamos que no habría amor, que yo no insistiría en pasar más tiempo junto a ti, que tú no te pondrías celoso de otros, que no pasaría más de un día en tu cama, que yo no te echaría de menos...
Quizás tengamos que plantearnos la posibilidad de no hacer caso a lo que dijimos