Homo estúpidus
Vivo en un mundo en el que día a día miles de personas con una cabeza más que privilegiada, se pasan la mayor parte del tiempo estrujándose el cerebro para inventar la más tenaz de todas las armas de destrucción en vez de pararse cinco minutos a meditar por qué todavía el cáncer, el sida, la fibrósis quística o una de tantas enfermedades (por desgracia) no tiene cura alguna.
Y así nos va.
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